En medio de la crisis de sequía que golpea a Sinaloa, el diputado federal Ricardo Madrid no pierde la oportunidad de mostrarse leal al gobernador Rubén Rocha Moya, asegurando que “la prioridad es Sinaloa”. Sin embargo, su respaldo parece más un acto de conveniencia personal que un verdadero compromiso con la ciudadanía. Y es que todos sabemos que a este legislador no le conviene contradecir al gobernador, no vaya a ser que ponga en riesgo las cómodas posiciones laborales que su familia disfruta dentro del gobierno estatal.
Mientras presume su cercanía política y repite discursos de unidad, la realidad es que Ricardo Madrid ha dado la espalda a causas urgentes para los sinaloenses. ¿Dónde estaba cuando los maiceros salieron a exigir precios justos para su cosecha? ¿O cuando las familias de personas desaparecidas reclamaban apoyo y empatía? Su silencio en estos temas demuestra que su brújula política apunta siempre hacia sus intereses, no hacia las necesidades del pueblo que lo eligió.
Como diputado federal, a Ricardo Madrid no le ha faltado nada. Buen sueldo, beneficios, reflectores y una plataforma para proyectarse. A su familia tampoco le ha ido mal: cómodos cargos en la administración, estabilidad asegurada y un estilo de vida que contrasta con el de miles de sinaloenses que hoy no saben cómo enfrentar la sequía, la inseguridad o la falta de oportunidades económicas.
Es fácil respaldar al gobernador desde un curul y con la familia asegurada en la nómina pública. Lo difícil, y lo verdaderamente valiente, sería ponerse del lado de la gente que sufre y exigir acciones reales, aunque eso incomode a los aliados políticos. Pero para eso se necesita compromiso con Sinaloa, no solo con la carrera política propia. Y ahí es donde Ricardo Madrid sigue quedando a deber… y mucho.
