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lunes, agosto 4, 2025
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Tere Guerra y la hipocresía en la política sinaloense

La diputada Tere Guerra ha hecho estallar la conversación política en Sinaloa con sus recientes declaraciones sobre Gerardo Vargas Landeros, afirmando que compró al juez de Zacatecas para obtener su restitución como alcalde. Un comentario explosivo que pone sobre la mesa no solo la corrupción en el poder judicial, sino también una hipocresía que no puede pasarse por alto.

Primero, es importante señalar que, al acusar de corrupción a un juez, Tere no solo está cuestionando la integridad de un individuo, sino que está poniendo en entredicho todo un sistema judicial que, según ella, está podrido. Sin embargo, al hacerlo, se plantea la pregunta: ¿qué tan limpia está su propia casa? (Congreso) La política en Sinaloa ha estado marcada por escándalos y corrupción, y acusar a otros sin una base sólida puede volverse en su contra.

La violencia de género es otro tema que Tere ha tocado de manera desafortunada. Al criticar a Vargas, parece que se olvida de que la crítica política es parte del juego. Si se va a usar la violencia de género como escudo, debe hacerse con responsabilidad y no solo cuando conviene. Aquí no se trata de ser “pobrecita”, sino de asumir el rol en la arena política con valentía y fortaleza. La verdadera lucha por la equidad de género implica aceptar que todos, hombres y mujeres, deben ser responsables de sus acciones y palabras.

Es curioso cómo, en la misma declaración, Tere parece estar llamando a la reflexión sobre el estado del poder judicial, cuando ella misma forma parte de un sistema que ha estado bajo el escrutinio público. Si el juez que dictó esa resolución no fue electo y su mandato está a punto de expirar, entonces la pregunta es: ¿qué credibilidad queda en un sistema que permite este tipo de decisiones?

La situación de Gerardo Vargas es complicada, y su historia no es un ejemplo de integridad. Para muchos, otros sí. Que se tenga que hacer responsable a quien es responsable de lo que pueda opinar o defender. Sin embargo, al señalarlo como un corrupto sin presentar pruebas contundentes, Tere puede estar abriendo la puerta a una serie de reacciones que pueden salpicarla a ella misma. La política es un juego de dominó, y este tipo de acusaciones pueden tener repercusiones más amplias en el tejido político de Sinaloa.

Así que, diputada Tere Guerra, antes de lanzar acusaciones y hacer declaraciones incendiarias, considere el impacto de sus palabras. La política no es solo un espectáculo, es una responsabilidad que requiere seriedad y compromiso. En un estado donde la corrupción ha sido el pan de cada día, es imperativo que todos, sin excepción, rindan cuentas por sus acciones. La guerra política apenas comienza y, en este juego, todos deben estar preparados para las consecuencias de sus propias jugadas.

Bueno, todo esto según yo, el Goyo310… y sí, recuerden que es temporada de ver muchas lealtades sobre el lomo de una liebre. ¡Fugaaaaaaaas!

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