En el escenario de Casa Haas, el grupo Capiro Teatro puso sobre la mesa algo más que risas. Con la obra Los Cabos Bye Bye, escrita y dirigida por Ernesto Trejo, se reveló una mirada lúcida —y necesaria— al mundo que se esconde detrás del brillo turístico, la precariedad, la desigualdad, y la feminización del trabajo en la industria de la recreación.
“Es una obra escrita por mí —explica Ernesto Trejo— donde intentamos hacer una revisión y un análisis de lo que es la dinámica de trabajo en la industria turística. Detrás de ese glamour, se esconden situaciones raras, a veces duras. Esta obra la abordé con un tono cómico, ligero… pero con fondo.”
Con actuaciones de Dunelí Bastidas, Gloria Manyula y Juan Martínez, la obra genera desde el primer minuto una empatía inevitable. La comedia, lejos de restar profundidad, la hace más contundente. El espectador ríe, pero se incomoda. Se entretiene, pero también observa. Se enfrenta a su entorno.
Ernesto Trejo no es ajeno a esta forma de hacer teatro. Desde la fundación de El Capiro Teatro, ha sostenido una línea ética clara: “Tocar temas cercanos a la realidad cotidiana. A nuestra vida aquí. Ya lo hicimos con Entre Pavos y Guajolotes, sobre los trabajadores de los barcos camaroneros, o con Vuelve a Casa Mamá, que también aborda la situación de la mujer aquí en Mazatlán.”
En Los Cabos Bye Bye, esa búsqueda continúa. Trejo afirma que el teatro independiente, sin grandes presupuestos pero con absoluta libertad, es una trinchera de expresión:
“Más que un reto, es un gusto. Porque al no depender de nadie, tenemos la libertad de hablarlo sin ningún cortapiso. Y eso, como director y dramaturgo, es invaluable.”
Uno de los momentos más reveladores de la entrevista fue cuando Trejo se refirió al papel de la dramaturgia como espejo social:
“La dramaturgia es una lupa. El teatro eficiente es el que logra que el público vea lo que no se ve a simple vista. Ese rato de diversión tiene que servir para eso, para ver lo que está escondido en la vida común.”
Los Cabos Bye Bye no pretende resolver, sino mostrar. Su misión es abrir grietas en el velo del servicio turístico, mostrar a las mujeres que trabajan dentro de él, y plantear —con humor— preguntas incómodas. Así es el teatro que construye Capiro Teatro un teatro que incomoda, que conmueve y que transforma